Una rueda de madera tallada debajo del manto celeste de estrellas y puntos imaginarios, entre cometas y nubes estelares. Y yo miraba desde abajo, en perpectiva, en el ángulo destructivo de mi mente. Observaba el manto de lucíernagas flotantes en mi frente, sobre la superficie... el agua nunca fue tan clara y tiniebla. Y siento el olor a hotel, las toallas húmedas y los prefumes detergentes, es otro hoyo en este espacio y tiempo, otra valla entre campamentos. Pero sólo permanezco quieto... y disfruto de la vista.
sábado, 29 de noviembre de 2008
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