martes, 10 de abril de 2007

Al otro lado de los sueños

En el barro se veía en niño, jugando entre pollos y gallinas; era el verano del 87, ya no habría escuela ni pan ni galletas con leche. Era un verano seco, pero lleno de travesuras, travesuras que terminaban siempre mal o por el reto de su abuela.

Cuando no estaba en el barro jugando estaba acompañando a su mamá en la cantina; ella trabajaba en la cantina de su hermana y ahi llegaban todos, la gente de campo y borrachos de todas partes. El chico creció en ese ambiente, de pobreza y retos absurdos y gente que no conocía. No tenía ropa; vestía harapos... pero en sus sueños era alguien distinto, alguien que tenía de todo... pero eso tampoco lo hacía feliz.

¿qué tan pobre se puede sentir alguien que no conoce lo que es tener de todo?

Su inteligencia vagaba en lo cotidiano, en cosas vanales como aprender como abrir un cajón donde su abuela escondía los tarros de leche y toda clase de comestibles, que obviamente terminaban echandose a perder ya que ella prefería guardarlos antes que alguien los comiera. Y bueno, mas de una vez logró su objetivo; comió hasta mas no poder... y claro, ya no dolían los golpes y los retos, con el estómago lleno el corazón no sufre.

Pasaron los años y el niño creció, sufrió demasiado, mas de lo tolerable, pero salió adelante... pero siempre la necesidad crea vacíos... y esos cuando se es grande tambien crecen...
Se fue a una lejana ciudad a trabajar, a buscar mejores horizontes, y bueno, de algún modo lo logró... pero su calidad de vida no mejoró. Alguien que vive en miseria al ver que ahora con trabajo y dinero puede tener todo lo que nunca tuvo, se desenfrena.. y no mide gastos.

A los pocos años se le veía muy bien vestido, de ropa cara y de ultima moda gastando dinero en lugares caros, con mujeres caras traidas de otros lugares, muchas veces se le vió regresar a casa sin un solo peso en los bolsillos, casi inconciente de borracho y sin recordar nada.
Su madre que nunca lo dejó, se hacía cargo de él, y el la ayudaba con parte de su sueldo... pero nunca es suficiente. La buena vida nunca es suficiente.


*
Trabajar para vivir, ser como los demás, se un personaje mas sin importancia que vivió trabajó y murió como todos... ¿qué pasó con ese niño de los sueños, ese que tenía de todo? ¿habrá sido igual para él?
Al otro lado de los sueños está ese mismo niño tambien sufriendo, pero por las espectativas de vida demasiado altas... sufriendo por no poder realizar sus sueños y proyectos reales.
Cual es el precio que está pagando? pues tener los pies demasiado puestos en la tierra.. y bueno... si siempre tuvo de todo no se va agastar su primer sueldo en ropa cara, alcohol y mujeres, si no que tratará de hacer cosas mas grandes e importantes, algo con que morirse tranquilo y feliz sabiendo de que logró algo en la vida...
Pero cual de estos extremos es realmente justificable?
Blanco o negro
tu que prefieres?