Despierto de la resaca, con la ropa marchita y recuerdos terribles de la noche, tal vez sueños o cosas que vi o dije. La habitación en caos, el dolor penetrante en mi cabeza y esa sed que no calma ni la viva escencia de una mujer. Desperté sí, como la moldura del lecho en pliegues, recordando y llamando, viendo los objetos sacados del cajón, perdidos entre las listas de nombres y cuerdas, viendo fotografías rotas y pedazos de vida, negativos y sobres a medio llenar...
Por qué la vida es tan basta y admirable la cantidad de púas que pueden caber en una sola habitación?
miércoles, 2 de abril de 2008
09:00H
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2 comentarios:
curandote un lunes wn
chucha
un martes
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